Protegida por l@s sant@s y l@ bruj@s

Oi gente...aquí estoy, en Rio de Janeiro hace justo una semana ya.

Estoy inmensamente contenta sintiendome una vez más privilegiada por los caminos que aparecen frente a mi

Les cuento?

Desde que tomé el avion empecé a entrar en el alegre mundo brasileiro, si hubiera un indicador de sonrisas por minuto, aseguro que entre todos los lugares que he estado Brasil gana por lejos.

Luego de 8 horas de viaje, llegué a la cidade maravilhosa, ese dia nublada y humeda, con un poquito de calor y un olor que me recordó centroamerica.

Rio es inmensamente grande, harto más que Santiago, eso noté en el taxi que me llevó a mi primer hostel, el samba villa...si ya sé...con ese nombre debí suponer que no sería un lugar tranquilo como para quedarse dos meses, pero era la mejor opcion que encontré en internet...así que ahí llegué, y noté que estaba literalmente en medio de Lapa que es el barrio bohemio por excelencia...frente a los Arcos, casi en la esquina de la Avenida Mem de Sa...fuerte...

Ahora que me mudé seré honesta, mi impresión el primer día fue...un poco fatal...onda mañana me voy a otro hostel...pero así como pasaron las horas en el samba villa me fui encontrando con el familiar grupo de viajer@s, esos que se encuentran en la cocina del hostal, comparten datos, chelas, historias, y entonces me sentí en casa...es decir en la ruta...¿seré un caracol acaso?

En fin, si bien al cabo de unas horas me reconcilié profundamente con el hostel -que hoy me parece completamente recomendable si quieres vivir la noche carioca de uno de sus barrios más bohemios- igual estaba clara la misión del traslado. Así me fui de excursión al barrio Santa Teresa. Mi primer intento fue un poco fallido, primero tardé como hora y media en tomar el bondinho, ahí estaba yo y más de 50 almas (asumiendo que no habia ningun desalmado en la cola) ejercitando la paciencia al máximo mientras esperábamos al celebre trole amarillo, oyendo cada cierto rato una escasamente comprensible voz que decía algo de unos cables caidos, manutencao, doce horas y no se que más. Vari@s se fueron, pero como yo no tenía nada más que hacer...ahí me quedé...piolita con mi botella de agua, mi cuaderno y mi caneta -lapiz pasta- recién comprados...

Esperamos...esperamos...esperamos...hasta que al fin llegó (me recordó la miluska). Santa Teresa es un lugar muy lindo, lleno de árboles, casas antiguas, pequeñas tiendas, talleres de artistas y cafés...aquí quiero vivir pensé. Y empecé a buscar...pero no encontré. Al otro día, casi involuntariamente empecé a caminar por el barrio y me encontré con la Escalera de Selerón, una escalera larga larga que sube a Santa Teresa, una escalera preciosa llena de mosaicos hechos con cerámicos de todos lados...y seguí caminando y de pronto no se como me encontré con el hostel que ahora es onde fico, ES PRECIOSO, con jardines, hamacas y una vista a Rio que se mueren..

Y bueno, además por esos mismos días tuve mi primer encuentro con el CTO, el Centro del Teatro del Oprimido...aluciné...sigo alucinando...es super potente estar acá, con el equipo con el que estaba trabajando Boal...todo esto dará pa otra entrada en el Blog, pero ya les adelanto que hoy, entre varias otras cosas, pude estar en una presentación de uno de los proyectos que desarrollan sobre diversidad sexual en una escuela...y fue fantástico sentir una vez más la potencia del teatro...la posibilidad real de la transformación...sin mencionar la buena onda y calidez con que me he sentido recibida.

Ay...es tanto por contar que no alcanzo...es un poquinho tarde y creo que me voy a dormir pero dejo la historia con puntos suspensivos para continuar mañana quizas y poniendo algunas fotos
Besos mil

Andrea